HISTORIA INSTITUCIONAL

Pro-Tarahumara ha tomado como propio el histórico compromiso de la Iglesia en Tarahumara por las personas y comunidades en estados de mayor vulnerabilidad, marginación, fundamentalmente las familias y comunidades indígenas.

Desde 1930 por medio del P. Javier Guzmán la Pro-Tarahumara inicia su trayectoria. En 1952 se le da figura jurídica e inician las actividades de gestoría, administración y distribución de recursos en beneficio de rarámuri y mestizos serranos Con diversas etapas ha venido apoyando el caminar de la Iglesia de Tarahumara. Inicia con la encomienda de atender las necesidades legales, administrativas y económicas de las distintas instituciones que desde la Iglesia colaboran en el llamado entonces, Vicariato Apostólico de la Tarahumara, fundamentalmente las escuelas, internados, trabajos de salud y propios de las parroquias.

Aunque desde sus inicios hemos sido apoyados  por diversos bienhechores, ya en estas etapas se desarrolla un arduo trabajo por la gestión de recursos económicos y materiales en beneficio de las obras mencionadas. Con el paso de los años y la cercanía a la región serrana y a su gente, se ha ido  adecuando, corrigiendo y enriqueciendo el servicio de la institución.

Pro Tarahumara es gestor, distribuidor y administrador de gran parte del apoyo que durante décadas benefició a familias y comunidades rarámuri enteras. Apoya la búsqueda y la administración de recursos para proyectos particulares. Es   enlace de comunicación y articulación no sólo entre los equipos que trabajaban en la región serrana, sino además de éstos con instancias externas., proporcionando asesoría, apoyo y capacitación administrativa y contable a muy diversos agentes de pastoral.

Muchas personas han sido formadas y apoyadas desde su participación, en diversas labores, en la institución. Y mucha más gente ha sido beneficiada a lo largo y ancho de la región serrana, principalmente por medio de la articulación con las parroquias, las escuelas-internados y los hospitales y trabajos de salud.

Después de un periodo de revisión y replanteamiento en todos sentidos, así como del cambio de las personas que se responsabilizaren por este proyecto, hoy se reconocen viejos y nuevos retos, se reformulan las posturas y las tareas y se renueva el compromiso por responder a esta región que tanto precisa, pero tanto también tiene que ofrecerle a las sociedades actuales.